"Hemos vistos en las toledanas CUEVAS DE HIGARES a un gnomo de mirada perversa, aunque no diabólica, decrépito y ágil a su tiempo, vistiendo burdo sayal con capucha"

"Este es el bostan (paraíso) de Xenan Alward en España de la provincia de Toledo: dicen que en este lugar esta la caverna (de los SIETE DURMIENTES) y el arraquim (piedra escrita) que el Alcoran conmemora; y asi se refiere en el arraquim. Dicese también que Toledo es la ciudad del rey Daciano... Y todavía refieren algunos que Toledo es la ciudad del Daciano, prefecto de la gente de la caverna. Dicese que no lejos de ella hay un sitio llamado Xenan alwarda, donde están los cuerpos de la gente de la caverna, que permanecen incorruptos hasta el presente; pero Dios sabe la verdad. Y aun mas dicen algunos autores que asi esta escrito en el arraquim." Diccionario Geográfico de Yacut, en la edicion alemana de 1866, de Ferdinand Wilstenfeld.

Respecto a lo de LOS 7 DURMIENTES (que no los 7 ENANITOS aunque sería el lugar más adecuado para ellos) me recuerda a la fábula de Éfeso (esa que cuenta Voltaire), pero supongo que se refieren al capitulo o sura octava del Corán llamado LA CAVERNA (versión árabe de los mártires cristianos del siglo III). Según la leyenda, en esa caverna fueron encerrados siete jóvenes cristianos por orden del emperador romano Decio, en el año 250 de nuestra era. Los jóvenes se quedaron dormidos; permanecieron así durante doscientos años y despertaron ¡para morir de inmediato! Según el Corán, los Siete Durmientes serán los anunciadores del Juicio Final. Lógicamente no era nuestra intención llegar a las cuevas y desencadenar el Fin del Mundo.


Curiosamente esta ruta tuvo lugar el 08 de Marzo de 2020, días antes de que se "parara el Mundo" por la pandemia que estamos viviendo todavía en el momento de la redacción de este artículo. El "virus chino", en aquellos momentos, era algo que no veíamos tan peligroso y pensábamos que pasaría, pero no fue así, días después no tiraríamos un buen tiempo sin poder salir en bicicleta. Es como si hubiéramos propiciado el despertar de los Siete, por osar adentrarnos en este nefando gimnasio, que es como denominaban las crónicas alemanas del siglo XII y XIII, a las escuelas de artes oscuras. 




"Cerca de Toledo se levanto una montaña donde el arte de la nigromancia tuvo su origen" poema épico alemán de 1250, titulado Biterolf und dietleib.

Siguiendo la Carrera Toledana, por el antiguo camino de Madrid a Toledo, después de 33 kilómetros alcanzamos Olias del Rey, donde tomamos el Cº de Higares que discurre por entre lo que fue la aldea de Olihuelas y el alto de VALDUERME (Valle de los que Duermen), para dejarlo en el Km. 37 y continuar por el Cº de Mazarrín que se adentra en la Dehesa de Olihuelas e iremos buscando el valle que forma en arroyo Juan Lobar.


¡ATENCIÓN! A partir del Km. 38 terminan las VÍAS DE COMUNICACIÓN DE DOMINIO PÚBLICO, nos quedan 400 metros para alcanzar nuestro objetivo. El celo del cacique de turno, por no permitir la visita a este lugar desde casi generaciones, ha creado ese halo de misterio y la falta de protección de estas cuevas. Por ello, es responsabilidad de cada uno encontrar la entrada a este mítico lugar.

La Cueva de Higares from Fmcreativa on Vimeo.


"...Bajo el nombre de OLIOLAS u Olías la Menor, si cita ya este paraje desde 1150, en que era una alquería o pequeño nucleo de población, hermana menor del pueblo de Olías del Rey..." así rezaba una referencia a las Cuevas de Olihuelas.


La fantasía popular dice que los subterráneos fabulosos de Toledo se comunican entre sí y van a dar, unos al río, y otros, mucho más lejos, a otras cuevas o subterráneos a varios kilómetros de la ciudad. Una de esas cuevas, por lo menos, es real y auténtica.

Conforme nos acercamos a la entrada de la cueva, se aprecian derrumbes del terreno, que ha cedido con el paso de los siglos. Según la tradición popular estas cuevas están comunicadas con Toledo, a poco más de siete kilómetros a vuelo de pájaro, rumbo 228º. Se cuenta que estas galerías eran utilizadas para escapar de la Ciudad del Tajo, y que animales extraviados en las cuevas de la ciudad parecían en este paraje. A nosotros se nos antoja imposible al encontrarse las galerías que se abren ante nosotros en la cota 550 m., casí a la misma altura que la parte alta de la ciudad de Toledo y a 100 m. sobre la orilla del Tajo, y unos 50 metros los otros valles que rodean la ciudad por la parte norte, por lo que el desnivel a salvar es considerable, además de gran rodeo para evitar los vallezuelos que hay si se va en línea recta.

Estas cuevas están situadas en el vértice de un cerro, presentando al exterior unas aberturas semicirculares, de un metro de altura aproximadamente, por 1,50 de latitud, que dan acceso a una especie de rotonda, de la que parten en dirección N, E y O una inextricables serie de galerías, abiertas a pico sobre piedra caliza, y cuya altura varia entre dos y tres metros.

Yo tengo las costumbre de antes de acceder a un lugar como este pedir permiso a los seres o entes que pudieran morar estos subterráneos para que nos dejen visitarlo en paz. Hay personas que han sufrido una extraña ansiedad nada más cruzar el umbral, posiblemente no tener el debido respeto a los moradores del lugar.

¡WARNING! Las galerías tienen continuos derrumbes como se aprecia a simple vista, además que conforme se profundice el olor a guano (escremento de murcielago) es desagradable. Pensar que ha sido, posiblemente, el murcielago el transmisor de este coronavirus que nos aflije nos pone desde la distancia los pelos de punta.



Descubrimos un texto sobre la Catedral Primada de Toledo esclarecedor: "...Por el interior es toda la fabrica de piedra blanca, sacada de unas canteras distantes a dos leguas de Toledo, que titulan el Olihuelas, la cual es blanda y fácil de labrar cuando esta fresca o recien extraida de la cantera, y luego se endurece al aire, adquiriendo una consitencia que no prometia; por el exterior esta revestida de berroqueña, excepto la parte de ornamentación de las portadas, que es de la blanca ya explicada..." que da al traste a aquellos que dice que no puede ser una cantera al ser de una piedra de mala calidad, pero parecen que desconocen la propiedad de endurecimiento que tiene esta piedra una vez extraída y expuesta en el exterior de la cueva. Por lo que nosotros apostaríamos por estar delante de una cantera medieval, posiblemente hasta romana, que proporciono piedra para Toledo durante milenios. Ahora, solo quedan unos cerros esquilmados.

Tras alcanzar nuestro objetivo, volvemos sobre nuestra rodadas, ajenos que inconscientemente hemos despertado a los durmientes y en unos días cambiara nuestra forma de vida.

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