“ ... por yr muy de priessa y ahorrar dos leguas de camino, desde Madrid auia passado por la barca de Azeca, y que aquella noche dormia en Orgaz... con orden de que se fuesse a Seuilla, donde le esperaua...”. Miguel de Cervantes en su obra La Ilustre Fregona
Toca pedalear por el antiguo Camino a Andalucía, un antiguo camino a Sevilla o Cádiz. Para acercarnos a unos bonitos parajes a orillas del Tajo. Por Aceca pasa el Camino de herradura que llaman de la Plata que va por Getafe, Parla, Torrejón de la Calzada, Yeles, Pantoja, Cobeja, Villaseca, Aceca, Almonacid, Villaminaya, Yébenes, etc. Nuestro destino la vieja Estación de FFCC de ALGODOR, en el extremo más al SurOeste de la Comunidad de Madrid.
Para las comunicaciones con Andalucía se regían por las combinaciones entre los puntos de cruce del Tajo (Toledo, ACECA, Alhóndiga, Oreja). En tiempos de Cervantes tampoco es obligado el paso por Toledo: frecuentemente se cruza por Aceca o por Alhóndiga. Falta mucho también para la apertura de Despeñaperros. Las principales rutas a Sevilla son la que involucra el Valle de Alcudia y la de Extremadura.
"En el sitio de ACECA de muy antiguo hay establecido un paso para el CAMINO DE ANDALUCIA, MANCHA BAJA y TIERRA DE TOLEDO, que hoy llaman DE LA PLATA, de vía lata o camino largo que dijeron los romanos, y es el mismo que se explica en el Itinerario de Antonino per Lusitaniam ad Emerita Caesaraugusta. No hay memoria que en esta travesía haya habido puente ni fabrica ni de madera: barcas es lo que de inmemorial ha tenido la Encomienda de Aceca, que serían propias del pueblo que allí hubo. Luego que se incorporó a Aranjuez se mejoró y aseguró el paso, poniendo dos barcas, que apenas son suficientes al mucho tráfico de pasajeros." Juan Antonio Álvarez de Quindós y Baena 1804
En las inmediaciones se encontraba el famoso palacete que aparece en un cuadro de un pintor anónimo de la escuela madrileña, que puede contemplarse hoy en el monasterio de San Lorenzo del Escorial. Era un sencillo edificio construido con los materiales propios de la tradición madrileña: ladrillo rojo con fajas de piedra. Se trataba de una casa noble, pero sin ostentación, en la que primaba el lenguaje rústico que tan bien encaja con la finalidad del Sitio, concebido como pabellón de reposo y de actividades cinegéticas del monarca y su corte y como espacio agrario.
La necesidad de cruzar el río proporcionaba pingües beneficios a la bolsa del Rey, quien poseída dos barcas que realizaban el servicio, dejándole una utilidad de nada menos que 50.500 reales anuales, que era la renta pagada por sus arrendadores. Ambas estaban a cargo de un administrador y dos criados. El catastro calcula las ganancias obtenidas por los arrendatarios en 15.000 reales. Anteriormente este pontazgo fue beneficio de la Orden de Calatrava que tenía una Encomienda en estas tierras, tras una donación del rey Alfonso VIII "Integram medietatem de tota Aceca, quae est mea propria haereditas, videlicet de castello, collacis, vineis, turris, aldeis, pratis, rivis, molendiniis, aceniis, piscariis, hortis, sotis, egressibus, regressibus". Muchos viajeros, ganados y mercancías debían cruzar el Tajo para generar semejantes ingresos a propietario (el rey) y arrendatarios. Por las noticias que da Madoz, ambas quedaron sin uso a partir de 1817, cuando en el punto del río en el que operaban se construyó un puente de madera, que debió ser reconstruido en 1831, por habérselo llevado una riada.
Ya queda poco para alcanzar la Estación de ALGODOR teniendo que cruzar el bellísimo PUENTE FERROVIARIO de Aceca, "el Camino" en arabe as-Sikka, excelentemente conservado, que cruza el río Tajo en la zona de meandros cuyo límite comparten Madrid y la provincia de Toledo. Se trata de un puente recto y largo, de 142 metros de longitud con tablero en tres secciones apoyado en dos pilas intermedias en cauce y estribos en cabeceras. Hay que echarle huevos cruzarlo sin desmontarse, aunque tiene suficiente anchura peatonal para hacerlo. La anchura absoluta es de 4,70 metros distribuidos entre el camino de hierro (ancho ibérico), cantos sobresalientes de traviesas de madera y dos viales de vigilancia de peones de 82 centímetros cada uno. La configuración de la celosía es del tipo Pratt y en cara interior del tablero con vigas transversales y reforzado con cruces de San Andrés.
Hace 15 años se hizo el silencio en Algodor. En el 2005 terminó la circulación de trenes a Madrid, que rodaban regularmente por esos caminos de hierro durante casi un siglo y medio. Con la Alta Velocidad que une Madrid con Toledo la estación, y con ella el asentamiento que había proliferado a su alrededor, quedaron definitivamente obsoletos, caduco a los ojos de la modernidad. “Era un pueblo pequeñito pero con mucha vida. Algodor fue la felicidad de mis años de infancia”, rememora un hijo de ferroviario, que llegó allí con su familia desde Toledo en 1946, con dos años. “Ahora llevamos más de tres lustros peleando con el Ayuntamiento de Aranjuez [al que pertenecen] y con Adif [la entidad pública creada en 2005 como escisión de Renfe que construye y explota las líneas, y que también gestiona el patrimonio ferroviario]: no tenemos agua potable, no hay línea telefónica… y nos tienen abandonados”, protesta. La decadencia de este enclave, donde perviven una veintena de hogares, se remonta a los años cincuenta. Fueron los tiempos de la modernización ferroviaria impulsada por el desarrollismo. El declive se exacerbó en los setenta, con la desaparición de la tracción a vapor, que hizo innecesaria la mayor parte de la mano de obra. La apuesta por la alta velocidad y el transporte en carretera acabó por hacer el resto.
Los tiempos de esta estación se remontan a un proyecto de camino hacia Extremadura y Portugal, que tenía como objetivo unir pequeñas localidades, situadas en la vega del río Tajo, pertenecientes a la comarca de la Sagra, de forma que diese salida a los productos industriales, agrícolas y artesanales hacia los centros de distribución. En un primer momento solo estaban contempladas las estaciones de Castillejo y Aranjuez, pero vieron la necesidad de construir una nueva estación en Algodor. Los ciudadanos de poblaciones próximas como: Cobeja, Alameda o Cabañas, se verían beneficiados con la construcción de la estación de Algodor.
43,76 - No podemos de dejar de visitar la ermita de Nuestra Señora Virgen de Fátima a espaldas del monstruo generador de energía eléctrica. No lejos de aquí se levantaría un oratorio dedicado posiblemente a San Pedro, a orillas del Tajo, junto a la Venta y la casa del Pontazgo actualmente desaparecidas.